jueves, 2 de octubre de 2014

Pedaleando sin límites

Los ciclistas son fuera de serie. Correr carreras por etapas donde deben enfrentarse con 150 o más de 200 kilómetros con premios de montaña hasta de fuera de categoría, los convierte en unos verdaderos titanes. Pero ver a un pedalista haciendo uno de estos recorridos sin una pierna o brazo, realmente va más allá de cualquier término.


El paraciclismo está hecho precisamente para esos guerreros que, dicen, tienen discapacidades, porque no son iguales a los demás ciclistas que tienen sus dos piernas y brazos y pueden pedalear normalmente en carrera. Y es verdad. Son diferentes. Pero ellos no tienen ninguna discapacidad, en cambio, poseen algo que los demás a lo mejor no tengan y es esa fuerza mental que rompe cualquier barrera y, además, unas ganas de superación increíbles.

Vemos a estos competidores salir a rodar solo con sus brazos, o subir difíciles pendientes con una pierna. Y más. ¿Es normal? No lo creo. Ellos, los ciclistas paralímpicos, merecen toda la admiración, todos los aplausos que sean posibles.

Cuando veo carreras de esta difícil disciplina del ciclismo, solo puedo decir ¿cómo lo logran? ¿De qué están hechos? Grandes lecciones de vida las que dejan cuando se bajan de sus bicicletas, sudando, luego de terminar otro reto. Nos dicen, sin hablarnos, que la discapacidad solo vive en la mente. Para ellos no existe el ''no soy capaz''.

¿Y qué podemos decir de los corredores que no pueden ver? En sus ojos no existe la luz, pero ven las metas más claramente. Por eso ¿cuál es tu excusa hoy? ¿Por qué no sales en busca de tus metas o simplemente a pedalear?

Cuando creas que no eres capaz, piensa en un ciclista paralímpico. Las barreras las pones tú. La discapacidad física no es un límite, pero la mental puede truncar tus sueños. 



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