jueves, 18 de septiembre de 2014

Desde una mirada color rosa

Colombia es potencia mundial en el ciclismo, no cabe duda. Pero no solo los hombres son quienes les dan glorias a nuestro país. El ciclismo femenino poco a poco ha ido abriéndose paso y ganándose un lugar, y lo han hecho con gran esfuerzo. Nuestras mujeres son ejemplo de disciplina, esfuerzo y constancia. 

Viendo la otra cara de la moneda, al ciclismo femenino le sucede lo mismo que a esta disciplina con el fútbol. Los triunfos conseguidos en este deporte, por pequeños que sean, son más importantes que los de un pedalista. La misma historia pasa con las mujeres. Cualquier victoria de un hombre en el deporte de las bielas, vale más que el de cualquier mujer. Así es, no lo podemos negar. 

Pues bien, el pasado fin de semana, el ciclismo femenino obtuvo un logro inmenso, pudiendo representar al país en una competencia europea con un equipo netamente colombiano: IDRD- Bogotá Humana-San Mateo–Solgar. ¿Y qué pasó? El uniforme con el que nuestras competidoras salieron a rodar, causó polémica porque ''las ciclistas parecían desnudas''.

Se vieron cientos de comentarios en las redes sociales, en los que criticaban el diseño, el color y decían que ''era denigrante para la mujer''. Pero, ¿qué pasó con lo demás? ¿Por qué solo se limitaron a hablar de un diseño y dejaron de lado un hecho tan importante como verlas en el Giro de Toscana?

Es triste pensar que este equipo femenino se esforzó tanto para conseguir ese logro, y su representación de alguna forma se vio opacada por una polémica que creció solo porque un efecto en la luz de una fotografía hizo ver el color dorado del uniforme, como si fuera un color piel.

A pesar de todos los comentarios que surgieron, todas estas mujeres lucharon y dieron lo mejor en Europa: Ana Cristina Sanabria, Laura Lozano, Angie Rojas, Argenis Orozco, Lina Dueñas y Luz Adriana Tovar, son unas guerreras. Y las admiro, porque no temieron en salir y lucir con orgullo su uniforme, luego de todo lo que se habló alrededor de él.

Una actitud que deberíamos tomar como una lección personal: no nos fijemos en el exterior, sin antes fijarnos en lo que lo compone. Primero debemos fijarnos en su esfuerzo, en sus capacidades, en su sacrificio por el ciclismo y luego, ni siquiera importará lo exterior.

Apoyemos al ciclismo femenino, a esas mujeres que tratan de ganarse un lugar en el seleccionado pelotón europeo. Tal vez podamos decir algún día no muy lejano, que tenemos a la campeona del Giro Rosa, pero eso no se logra fijándonos en un detalle tan insignificante como los colores de un uniforme. Podremos lograrlo apoyándolas, tratando de difundir el ciclismo, pero ya no solo desde la mirada masculina, sino también desde ellas, nuestras mujeres.



https://www.youtube.com/watch?v=cvd7mdzOSHA


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